La técnica del punta-tacón, también conocida como «heel-toe» en inglés, es una maniobra avanzada de conducción que separa a los buenos pilotos de los grandes. Lo habitual es utilizarla en circuito, aunque es muy útil dominarla incluso para conducir por ciudad o carretera.
Si alguna vez te has preguntado cómo los pilotos de carreras logran controlar sus vehículos con tanta precisión y suavidad, especialmente en las curvas, gran parte de la respuesta reside en esta técnica. En este artículo, exploraremos en profundidad qué es la técnica del punta-tacón, para qué sirve y cómo dominarla, pues no es nada sencilla.
¿Qué es el punta tacón?
El punta-tacón es una técnica de conducción deportiva utilizada por pilotos y entusiastas en todo el mundo. Se trata de una técnica de frenado que implica realizar un «rev matching» (ajuste de revoluciones) durante la reducción de marcha, manteniendo el coche equilibrado durante todo el proceso.
Esta técnica es especialmente útil al acercarse a una curva, permitiendo al conductor frenar, reducir de marcha y mantener el motor en el régimen de revoluciones óptimo, todo al mismo tiempo.
El nombre «punta-tacón» proviene de la necesidad de accionar tres pedales simultáneamente durante su ejecución. El conductor debe ser capaz de presionar el freno con la punta del pie derecho, el acelerador con el talón del mismo pie, y el embrague con el pie izquierdo, todo en una secuencia rápida y coordinada. Es una coreografía compleja que parece imposible. Sin embargo, una vez aprendida, se hace de forma instintiva sin tener que pensar nada.
Una técnica depurada por los más grandes
Algunos de los pilotos más destacados de la historia han sido maestros en el arte del punta-tacón. Entre ellos se encuentran el legendario piloto de Fórmula 1 Ayrton Senna y el nueve veces campeón del Campeonato Mundial de Rally, Sébastien Loeb.
De Senna te dejamos un vídeo mítico en el que pone a prueba el Honda NSX en Suzuka con una suavidad que asusta y en la que se le puede ver haciendo esta técnica de forma impecable.
¿Para qué sirve hacer el punta-tacón?
La técnica del punta-tacón es mucho más que un alarde de habilidad al volante. Muchos dicen de boquilla ser expertos en esta técnica, pero lo cierto es que pocas personas son capaces de ejecutarla como es debido.
¿Por qué querrías aprender a hacer el punta-tacón? Estos son los principales motivos:
Estabilidad en coches de tracción trasera
La importancia de esta técnica es particularmente notoria en vehículos de tracción trasera. En estos coches, las reducciones de marcha bruscas pueden provocar una desestabilización peligrosa, especialmente al entrar en curvas a alta velocidad.
Cuando se reduce de marcha sin ajustar las revoluciones del motor (lo que se conoce como rev matching), el eje de transmisión puede bloquearse momentáneamente, causando que las ruedas traseras pierdan tracción. Esto puede ocasionar un sobreviraje repentino, haciendo que la parte trasera del coche tienda a adelantar a la delantera, lo que podría provocar un trompo. Para que lo entiendas, el efecto es el mismo que el de tirar bruscamente del freno de mano en plena marcha.
La técnica del punta-tacón evita este problema al asegurar que la velocidad del motor coincida con la velocidad de las ruedas al soltar el embrague, eliminando así el riesgo de bloqueo del eje y manteniendo la estabilidad del vehículo.
Optimizar el tiempo de frenada (eliminar freno motor)
A diferencia del freno motor convencional, donde simplemente se baja una marcha y se levanta el pie del embrague lentamente haciendo que sea este elemento el que iguale las revoluciones, el punta tacón permite reducir sin perder tiempo y tener el motor en las revoluciones óptimas para salir de una curva acelerando.
Con el punta-tacón, se va a conseguir una frenada sin sobresaltos y una nueva aceleración sin experimentar tirones.
Mantener el balance del vehículo
Esto está muy relacionado con el primer punto, pero lo separamos porque también es importante en vehículos de tracción delantera. Con el punta-tacón vamos a evitar transferencias de peso repentinas que pueden desestabilizar el coche.
En reducciones fuertes, esta técnica va a permitir que el vehículo maximice la adherencia. No perderemos velocidad y también tendremos el coche «bien agarrado» por la transmisión, pues saldremos de las curvas o los adelantamientos con las vueltas correctas para que el acelerador responda correctamente.
Reducción del desgaste mecánico
«Te vas a cargar el embrague haciendo eso», me dijo mi padre una vez. Pues no, es al revés. Aunque parezca contradictorio, la correcta ejecución de la técnica del punta-tacón puede reducir el estrés en los componentes mecánicos del vehículo:
- Embrague: al igualar las revoluciones del motor con la velocidad de las ruedas, se minimiza el deslizamiento del embrague durante las reducciones de marcha. ¿Resultado? Se gasta menos.
- Transmisión: también se reduce el impacto en los engranajes de la caja de cambios al hacer coincidir las velocidades de rotación.
- Motor: aunque menos importante, se evitan los picos de revoluciones no deseados que pueden aparecer en reducciones bruscas.
Mejora de tiempos (competición)
En el ámbito de las carreras o las tandas, la capacidad de frenar más tarde antes de una curva y acelerar más temprano al salir de ella se traduce directamente en mejores tiempos por vuelta.
La técnica del punta-tacón permite a los pilotos mantener el coche al límite de su rendimiento durante más tiempo en cada vuelta.
Mejora de la conexión conductor-coche
Esto último es un poco más místico, pero dominar esta técnica o el rev matching en general, proporciona al conductor una sensación de conexión más profunda con el vehículo. Es difícil de explicar con palabras, pero se puede traducir como una mayor satisfacción y disfrute de la conducción. Aunque lleves un coche poco emocionante.
Paso a paso: ¿Cómo se hace el punta-tacón?
Como es obvio, necesitamos un coche manual con palanca de cambio y embrague. Antes de intentar la técnica, asegúrate de estar bien sentado y en una posición cómoda.
Paso 1: Frenada inicial
Al aproximarte al punto de frenada antes de la curva, coloca el pie derecho en el lado derecho del pedal del freno. Aplica una presión moderada y constante para comenzar a reducir la velocidad.
Paso 2: Desembrague
Pisa el embrague con el pie izquierdo para desacoplar la transmisión del motor.
Paso 3: Cambio de marcha
Mientras mantienes el pie en el freno y el embrague pisado, cambia a una marcha inferior. No levantes el embrague.
Paso 4: Golpe de gas
Este es el paso más complicado y el que da nombre a la técnica. Mientras mantienes la presión en el freno con la punta del pie derecho, gira el pie para que el talón o el lado derecho del zapato pueda presionar brevemente el acelerador.
El objetivo es aumentar las revoluciones del motor para que coincidan con la velocidad de las ruedas en la marcha inferior.
Paso 5: Embrague
Suelta suavemente el embrague mientras las revoluciones del motor están elevadas. Si has calculado bien, el embrague se enganchará suavemente sin sacudidas.
Paso 6: Soltar freno
Finalmente, suelta gradualmente el pedal del freno a medida que te acercas al punto de entrada de la curva. Una vez fuera, podrás tomar la curva acelerando.
Consejos para perfeccionar la técnica del punta-tacón
Antes de terminar, unos cuantos tips finales para que puedas practicar esto de forma segura y sin poner en riesgo a nadie:
Práctica estática
Antes de intentar la técnica en movimiento, practica en un coche estacionado. Con el motor en marcha, coloca el pie en el freno y practica el movimiento de «patada» al acelerador. El objetivo es lograr un aumento de unas 2000 RPM en el tacómetro con cada «patada».
Elige el calzado adecuado
El tipo de calzado puede marcar una gran diferencia. Para muchos coches modernos, unas zapatillas anchas (unas VANS, por ejemplo) pueden facilitar el movimiento entre el freno y el acelerador.
Por norma general, evita los zapatos con suelas gruesas o demasiado estrechos. El calzado deportivo es más agradecido con esta técnica. Y si crees que eres la reencarnación de Senna, puedes probar con mocasines, aunque eso sí que no es nada recomendable.
Seguridad primero
Puedes practicar esto en la vía pública, pero con dos dedos de frente. Busca una carretera recta de un lugar en el que pase muy poco tráfico y comienza a practicar mirando bien los espejos y tras tener la seguridad de que se sabe hacer el movimiento con el coche parado.
Si puedes practicar en un circuito cerrado, mejor que mejor. Por cierto, te hemos dicho que elijas una recta para que no tengas problemas en caso de que falles. Obviamente, la técnica está diseñada para ejecutarse en curvas.