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5 cosas que no deberías hacer jamás en un coche con transmisión CVT

La transmisión CVT, cuyas siglas hacen referencia en inglés a los términos ‘Transmisión Variable Continua’ es una tecnología bastante simple que nos permite disfrutar de una conducción automática sin necesidad de contar con marchas ni robots que hacen los cambios.

Este sistema de transmisión cada vez más famoso, pues es muy eficiente y permite ahorrar bastante combustible. Muchas marcas se han rendido a sus encantos, aunque no es una solución infalible. El sistema CVT utiliza correas y poleas cónicas para proporcionar relaciones de engranajes virtuales. No hay puntos de cambio, sino que los conos hacen un efecto muy similar al de los piñones de una bicicleta. La relación se va ajustando en base a una programación, por lo que se supone que obtendremos potencia o par en función de las necesidades de cada momento.

Como decíamos, la transmisión CVT no es perfecta. En este artículo te contamos 5 cosas que no deberías hacer en un coche con estas características para no dañar este sistema:

Punto muerto en los semáforos

No hay necesidad de poner el coche en punto muerto cuando te detienes en un semáforo. Es cierto que en la mayoría de coches, se recomienda poner neutral por motivos de seguridad. Esto se hace porque, si te dan un golpe por detrás, el coche recorrerá muchos menos metros en neutral —y el coletazo cervical también será menor—.

Con los vehículos CVT, nos encontramos aquí en un terreno curioso. Si te detienes en un semáforo en rojo, puedes dejar el coche en D (drive). Si tu coche tiene un convertidor de par o un e-CVT, la transmisión se desacoplará automáticamente. No es necesario cambiar a punto muerto.

Nada de ‘Launch Control’

Hacer ‘Launch Control’ es básicamente acelerar el coche en parado para lanzarlo a la máxima velocidad posible. Lo que haría el mismísimo Dominic Toretto, para que quede gráfico el ejemplo.

Pues bien, hacer una arrancada con un coche CVT no es bueno para la transmisión. La transmisión CVT no está diseñada para este propósito. Hacerlo no solo pondrá una tensión seria en la transmisión, sino que también corres el riesgo de dañarla, lo que puede resultar costoso.

Lo curioso de esto es que fabricantes como Toyota utilizan transmisiones CVT en coches deportivos como el Lexus LC 500h. Vamos, que puedes tener 359 CV bajo la chapa, pero vas a tener que salir con suavidad si no quieres cargarte la transmisión.

Mover la palanca sin detenerse por completo

En general, no debes cambiar de D a R o de R a D sin que el coche se haya detenido por completo. Esta lógica es aplicable en cierta medida a todos los tipos de transmisiones automáticas.

Cuando mueves la palanca con el coche en movimiento, todo el peso del vehículo recae en la transmisión, por lo que los engranajes sufrirán mucho y se acelerará el desgaste.

Aceleraciones o deceleraciones bruscas

A la transmisión CVT no le gusta la aceleración agresiva. Lo que prefiere es un arranque suave y lineal. La aceleración o desaceleración brusca no solo reducirá la economía de combustible, sino que también dañará la transmisión a largo plazo.

Por norma general, un CVT debe conducirse con calma, sin pegar tirones ni acelerones repentinos. Circulando con suavidad evitarás dañar el sistema y te durará mucho más el combustible.

Olvidarse del mantenimiento

El mantenimiento de un sistema CVT no es caro ni complejo. No obstante, requiere un mantenimiento periódico. Es muy importante que el coche tenga sus fluidos en buen estado.

Se recomienda reemplazar el fluido de la transmisión de un coche con transmisión CVT cada 50.000 o 80.000 km, aunque cada fabricante tiene sus tiempos.

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