¿Cuál es la Temperatura de Funcionamiento Normal de un Motor? ¿Qué debo hacer si sube?

Controlar la temperatura del motor de nuestro vehículo es fundamental para maximizar su vida útil y encontrar problemas a tiempo. Independientemente de que tengamos un coche moderno o uno con bastantes años a sus espaldas, en el cuadro tendremos un termómetro. Éste puede ser analógico, con una aguja o formar parte del HUD digital y es una herramienta más que suficiente para conocer si nuestro propulsor tiene un funcionamiento correcto.

Temperatura Óptima de Funcionamiento de un Motor

Seguramente hayas escuchado alguna vez que no hay que pisarle mucho al coche si el motor está todavía frío. Es una afirmación totalmente correcta, y es que muchas piezas móviles del interior del vehículo pueden dañarse si sufren rápidamente un contraste de temperatura. Seguramente te haya pasado alguna vez que se te ha roto un vaso por sacarlo del lavavajillas y echarle hielo. O lo contrario, romper un vidrio que estaba a muy baja temperatura al exponerlo a una fuente de calor. A los motores les ocurre exactamente lo mismo.

En la mayoría de cuadros, analógicos o digitales, la temperatura mínima que se muestra es de 70ºC, y la máxima suele ser 130ºC. Una vez tenemos el coche en funcionamiento, el motor debería estar en una temperatura entre los 90 y los 105ºC aproximadamente. Esto varía por supuesto en función del tipo de motor, combustible, cilindrada… Del mismo modo, no es igual un motor gasolina que trabaje para un coche eléctrico de rango extendido o un híbrido, que en un vehículo de gasolina puro. Esto se debe a que en el caso de los híbridos, el motor suele trabajar en un rango muy constante, sin altibajos, por lo que la temperatura, el consumo y las prestaciones que se piden al propulsor son siempre muy estables.

Por otro lado, existen motores más sensibles. Los motores diésel necesitan precalentarse antes de arrancar (de ahí que nos muestren un «Stop» en el salpicadero cuando conectamos la llave). Los motores rotativos, como el del Mazda MX-8 son extremadamente sensibles a los cambios bruscos, y hay que exigirles potencia solamente si están calientes. Esto, no obstante, también se puede aplicar a cualquier coche de gran cilindrada con carácter deportivo, tenga un motor rotativo o convencional de cuatro tiempos.

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Problemas en el Sistema de Refrigeración

Puede deberse simplemente a un bajo nivel de líquido refrigerante, algo bastante común y que el vehículo suele avisarnos normalmente o a un problema algo más serio como una fuga en el circuito de refrigeración.

Normalmente las fugas en los sistemas de refrigeración se dan en las conexiones entre elementos del sistema, como las mangueras, la conexión al radiador, el propio radiador, los tapones o la culata del motor en el peor de los casos. Si conduciendo te saltara un aviso de sobrecalentamiento del motor, debes tener mucho cuidado al parar y esperar unos minutos antes de abrir el tapón del depósito de refrigerante. Lo habitual es que el agua salga ebullendo por ese tubo, por lo que debemos tener mucha precaución para no sufrir una quemadura.

Fallo del Termostato

El termostato del vehículo controla el flujo de agua y refrigerante del radiador al motor. El mal funcionamiento del termostato puede provocar varios síntomas relacionados con el exceso de temperatura en el motor y su estado.

Un termostato que no funciona bien suele dar picos de temperatura, ya que se abrirá y cerrará de forma aleatoria, haciendo que el refrigerante no fluya de forma normal por el circuito. Esto tendría como resultado tanto un motor que se calienta en exceso como un motor que no llega a obtener una temperatura óptima de funcionamiento.

Obstrucción o suciedad en el Radiador

El polvo, partículas, arena, virutas de óxido, insectos y demás elementos pueden bloqueas las entradas de aire de nuestro radiador y mermar significativamente su capacidad de disipar calor. También puede ocurrir que exista suciedad dentro del circuito de refrigerante, por lo que debería ser retirado y limpiado por un profesional si no somos expertos en esta materia.

Problemas con el ventilador

Los ventiladores equipados en los sistemas de refrigeración de los motores de combustión interna pueden perder eficiencia con los años. En algunos casos, éste puede perder hasta la mitad de su capacidad para mover aire o incluso dejar de funcionar. Para evitar esto, deberíamos sustituir el ventilador cada vez que cambiemos la bomba de agua, ya que el ciclo de vida útil de estos dos elementos es exactamente el mismo.

Del mismo modo, puede ocurrir que el ventilador no funcione porque se haya roto la correa de transmisión que la acciona desde el cigüeñal. Esta correa es diferente de la correa de distribución y nuestro coche la tendrá independientemente de si la distribución la ejerce con cadena o con correa. No obstante, esta correa sí depende del circuito de distribución. En los vehículos más modernos, los ventiladores tienen un funcionamiento puramente eléctrico. Si tu coche tiene un ventilador de este tipo, impulsado desde la polea del cigüeñal, puede ser buena idea sustituirlo por uno electrónico para evitar sustos.

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