Modernizar por modernizar, tiene sus riesgos. Como vimos en la primera parte de esta serie de coches que empeoraron después de un rediseño, tratar de alargar la vida de una generación de vehículos puede salir rana. Es posible cometer un error garrafal y cargarte la coherencia del diseño. O incluso obtener un nuevo modelo que se ve más viejo que el original.
En esta segunda parte, vamos a apuntar un poco más alto. Los coches deportivos, incluso aquellos que son completamente de lujo, también se han visto afectados en alguna ocasión por este fenómeno. Aquí te dejamos 5 modelos deportivos en los que pasó justo eso: sus diseñadores hicieron un lifting para olvidar.
Mercedes-Benz Clase C Sport Coupé / CLC (CL203)
En el año 2000, aquella fantástica época en la que todavía se comercializaban coches deportivos, Mercedes-Benz lanzó el Sport Coupé, un pequeño vehículo para disfrute basado en el Clase C. El modelo experimentó un primer rediseño nimio en 2004 que le sentó como el buen maquillaje.
Sin embargo, el auténtico destrozo llegaría en el año 2008. Los alemanes rebautizaron el coche como Clase CLC, pero siguió siendo el mismo vehículo. Mantuvo el chasis y los motores, pero recibió un lavado de cara no solo exagerado, sino bastante poco agraciado. La parte trasera de este deportivo debería servir como objeto de estudio de cómo no hacer un rediseño.
Mazda RX-8
Vamos con uno sutil y poco sonado. El RX-8 siempre será conocido por ser el último coche con motor rotativo, y también por ser el coche con el motor rotativo menos fiable de todos los tiempos. En cualquier caso, en este artículo estamos hablando únicamente de diseño, y el deportivo icónico de Mazda tuvo un cambio sutil y considerablemente peor a mitad de generación.
El RX-8 experimentó un cambio en los pilotos traseros, pasando de un diseño en forma de ojo con un iris, a un ojo doble. Esta fórmula no suele funcionar mal en vehículos como los de Ferrari, pero en este caso, se ve extraño al estar encapsulado en una óptica transparente.
Chevrolet Camaro Z28
Seguro que conoces a alguien que se hizo una operación de cirugía estética, y tras pasar por los pinchazos y las operaciones, se veía más viejo que al empezar el proceso. Pues eso fue lo que le pasó al Camaro de cuarta generación.
A su salida en 1993, este Camaro se veía muy moderno. De hecho, podemos afirmar que ha envejecido fenomenalmente bien. No podemos decir lo mismo de su restyling de 1998, que es un auténtico desastre. De las superficies completamente lisas y sin huecos, se pasó a unos grupos ópticos y unas parrillas sin sentido que le añadieron una década a sus espaldas. De ser un deportivo puntero, el Z28 pasó a parecerse al típico Chrysler de la época.
Ferrari Testarrosa
Con algo menos de 10.000 unidades producidas, el Ferrari Testarrosa es todo un icono del cavallino rampante. Se podría escribir un libro entero sobre este coche. Sin embargo, todo el aura de misticismo que hay alrededor de esta berlinetta se nos cae al suelo cuando hablamos de las versiones exclusivas que hizo Ferrari del Testarrosa.
No tenemos nada que reprocharle al 512 TR. Sin embargo, el Ferrari F512 M es una versión que los ítalos se podrían haber ahorrado. De tener un frontal exquisito con unos faros escamoteables, el 512 TR pasó a tener unas ópticas normales, pero con el mismo tamaño. Esta desproporción tan ridícula, hace que el deportivo parezca más un emoji que un coche de lujo.
Maserati 3200GT
Se lanzó en 1998, pero su estética todavía da el pego a día de hoy como si fuera un coche actual. Sus pilotos traseros con forma delgada y alargada es algo que vemos a diario en los vehículos modernos.
Pues bien, no sabemos si alguien encerró a Giorgetto Giugiaro cuando sus compañeros quisieron llevar el Maserati 3200GT a Norteamérica, pero lo cierto es que, una vez más, hicieron un destrozo importante. Del diseño fino original, pasaron a uno con rejillas traseras y unos pilotos horribles que podría haber llevado cualquier coche barato de la época. Horripilante.
