Las marcas de coches hacen infinidad de trucos para alargar las generaciones. Diseñar un coche —y ya no hablemos de una plataforma—, vale un dineral. De ahí que sea tan importante rentabilizar las inversiones, añadiendo. Cualquier fórmula es válida, pero el marketing siempre tiene soluciones perfectas para que piquemos en el anzuelo.

Si hay una palabra que se repite en la publicidad, esa palabra es ‘nuevo’. Y, el restilyng, o lavado de cara, es la solución perfecta para tener la excusa de colocar el susodicho término al mismo coche que llevan años vendiendo.

¿El problema? Pues que lo nuevo no siempre es mejor. En este pequeño artículo vamos a hacer un repaso de 7 modelos que empeoraron con el restyling. Por supuesto, lo haremos con un tono un poco más humorístico que de costumbre.

Fiat Multipla

Sí, el coche más feo del mundo y lo que tú quieras. Pero su diseño —aunque horroroso—, tenía lógica y personalidad. Ante tanta crítica por parte de los eruditos del motor, Fiat decidió hacer un rediseño para convertirlo en un coche más sobrio. Y, obviamente, metieron la pata.

Todo buen profesional tiene que mantener la compostura cuando hace algo bien y una persona que no comprende su trabajo, lo critica. En el campo del diseño, esto es un principio básico. Fiat acabó así con un vehículo que no sería tan feo, pero que perdía totalmente la esencia original.

Ford Escort V

Detectar un mal restyling es fácil. ¿Parece el nuevo más antiguo que el viejo? Eso es justo lo que pasó con el Ford Escort europeo de quinta generación. Partíamos de un diseño precioso, muy equilibrado y con unas luces traseras que parecían hechos de gominolas Haribo.

Sin emabrgo, en 1992, Ford Europa tiene la maravillosa idea de hacerle un rediseño. No estaban muy finos por aquella época. El modelo, que se vendió hasta 1997, se ve hoy absurdamente más antiguo que el diseño original.

Ford Mondeo Mk II

En 1996, Ford Europe introdujo el Mondeo. Tenía un diseño muy bonito, obra de John Oldfield. Sin embargo, a los peces gordos del grupo no les terminó de gustar la estética. Decían que se veía como un coche asiático de baja calidad. Culparon al diseño de no tener las ventas que habían pensado.

Dicho y hecho. En 1996, lanzaron el Ford Mondeo Mk II, un coche que era exactamente igual que el anterior (no es una generación como tal), y que cambiaba por completo su carrocería. Y, ahora sí, se veía exactamente igual que un coche asiático de baja calidad. Una jugada magistral de la marca del óvalo, claro que sí.

Volkswagen Polo 6

Vamos a por uno reciente. Si algo mola del Volkswagen Polo, es la consistencia. Dentro de la marca de Wolfsburgo, el Polo ha mantenido una línea visual con los años que es digna de admiración. Podríamos decir que es algo solo equiparable al Porsche 911 con esas líneas que se reconocen independientemente de la generación.

Los grupos ópticos del Polo se han refinado y refinado generación tras generación. Restyling tras restyling. Hasta el Polo VI. El último rediseño ha roto por completo esta tendencia con unas ópticas traseras que no son feas, pero que podrían llevar cualquier Hyundai, Opel o Renault. Un auténtico despropósito.

Audi A4 C6

Seguimos con el Grupo Volkswagen. Con el Audi A6 se cometió otro pequeño sacrilegio allá por el año 2008. Tras cuatro años de comercialización, el A6 C6 tuvo un rediseño que se centró especialmente en reformar una parte trasera que no necesitaba mejora. ¿El resultado? Una berlina sosa que perdió toda su personalidad de un plumazo.

Curiosamente, por la misma época, el Mercedes-Benz Clase E tuvo una generación igual de insulsa. ¿Hicieron una tregua los alemanes, u optaron por diseños más simples para surcar la crisis económica?

Peugeot 206+

Querían vender el 207, pero también querían un vehículo asequible por debajo de cierto precio psicológico. PSA no se lo pensó dos veces y lanzaron el Peugeot 206+, que bien se habría podido ganar un hueco en el circo como el mismísimo ‘Ligre’.

Mitad 207, mitad 206. Partiendo de la idea de que el 207 era ya un coche muchísimo más feo que su predecesor, el resultado de esta jugada digna del niño loco de Toy Story fue un coche al que le quitaron sus bonitas ópticas delanteras para colarle uno de los frontales más feos que ha hecho la marca del león en toda su historia.

Citroën Xsara

Meter una línea de diseño con calzador suele ser la fórmula perfecta para cargarte un coche que estaba bien hecho. PSA también metió la pata con el Xsara, un modelo que era coherente con la línea de diseño de la marca de los chevrones en la época.

Para modernizarlo y homogeneizar la imagen respecto al resto de sus modelos, el Xsara tuvo un trasplante de ópticas. Ahora era más llamativo, pero siendo un coche tan cuadrado, esas luces en forma de gota no pegaban ni con cola.

Por cierto, el pobre Citroën Saxo pasó por el mismo proceso, perdiendo sus ópticas que le daban un toque algo ‘macarra’, para pasar a tener unas luces bastante genéricas y que le hacían perder ese toque distintivo.

Si te has quedado con ganas de más, echa un vistazo a la segunda parte, en la que hablamos de deportivos que empeoraron después de un rediseño.