Los mejores coches con motor V10 que se han fabricado

El sonido de un motor V10 es inconfundible. A muchos amantes de la Formula 1 se nos quedó grabado en la memoria, a pesar de que, hoy por hoy, es realmente complicado toparse con un vehículo que cuente con un propulsor de estas características.

La miniaturización de la tecnología nos ha hecho más ecológicos, pero también más aburridos. Hubo una época —que ya terminó, pero que no fue hace mucho tiempo—, en la que se comercializaban bastantes coches con motores de 10 cilindros. En este artículo vamos a repasarlos como parte de un pequeño viaje por la historia de la automoción:

Lamborghini Gallardo

Motor alemán y alma italiana. ¿Qué podría salir mal? Pues absolutamente nada. El Gallardo siempre tendrá un lugar especial en nuestros corazones. Fue el primer lambo pequeño, y salvó a la marca del abismo como ha ocurrido recientemente con el Urus.

Su V10 sirvió como base para otros muchos coches del Grupo Volkswagen. El modelo se vendió durante unos 10 años, donde este motor experimentó numerosas iteraciones.

Audi RS6 Avant

El RS6 Avant que se comercializó entre 2008 y 2010 era todo un lobo con piel de cordero. El que lo compró, sabía perfectamente lo que había bajo ese capó. Sin embargo, es posible que no mucha gente se percatase que detrás de ese coche familiar con el que dejas a los niños en el colegio, se encuentra un V10 atmosférico de 5 litros heredado directamente del Lamborghini Gallardo.

Con una potencia de 580 CV y 650 Nm de par, este coche sigue siendo incluso más capaz que muchos deportivos modernos. No es un coche para entrar a un circuito, pero sí una máquina única en su especie.

Audi R8 5.2 FSI

La marca de los aros ha fabricado muchos coches increíbles a lo largo de su historia, pero pocos molan más que el Audi R8 V10. Este propulsor, conocido como 5.2 FSI era también una versión del bloque del Lamborghini Gallardo LP560-4. Tuvo unas cuantas variantes, que iban desde los 560 hasta los 580 CV.

BMW M5

Sí, hubo una época en la que los fabricantes no tenían miedo a montar motores absurdamente gigantescos en sus vehículos. No teníamos a Greta Thumberg haciendo campaña, por lo que existían salvajadas como el BMW M5 V10. Este vehículo tenía un propulsor cuyo desarrollo provenía de la Formula 1, y tenía una cilindrada de 5 litros. Producía unos 500 CV, la línea roja se ubicaba allá por las 8.250 vueltas y tenía un par de unos 515 Nm.

BMW M6

El V10 de la F1 no se iba a rentabilizar solo. De ahí que BMW acabara montando el propulsor en otro gran vehículo de su gama, el M6. Fue todo un acierto, pues, quien tiene hoy uno, puede tener el placer de entrar a un circuito y escuchar un sonido que hace ya más de 20 años que está ausente en las carreras de la categoría reina.

Lexus LFA

El Lexus LFA está fabricado del material en el que se hacen las leyendas. Se produjeron apenas 500 unidades, y el coche fue el resultado de un breve matrimonio entre Lexus y Yamaha. Se dice que Yamaha incluso afinó el sonido del motor como hacen con sus pianos.

El LFA tenía un V10 de 4,8 litros que generaba 552 CV. Era ligero, muy ágil y también tenía un precio exageradamente alto. Solo llegó a venderse durante un par de años, pero fue suficiente para convertirse en un icono de los superdeportivos modernos.

Dodge Viper

El Viper de despidió en el 2017. Sin embargo, sus 26 años de historia dieron para mucho. Este icónico deportivo americano de motor central tuvo un bloque V10 enorme en su versión ACR, de nada más y nada menos que de 8,4 litros. Esta maravilla producía 654 CV. No obstante, si conseguías extraer toda su potencia, lo más probable es que terminaras pidiendo cita al otorrino, pues su sonido era sencillamente infernal.

Dodge RAM SRT-10

Al igual que ocurría con el Audi RS6 Avant, la Dodge RAM SRT-10 es otra máquina que disimula bastante lo que lleva bajo la chapa. Cierto es que cuenta con un kit de carrocería más exagerado y unas ruedas más llamativas. Sin embargo, el que tenga una de estas no va a llamar la atención frente a una RAM 1500 cualquiera.

Pues bien, esta pickup contaba con un motor V10 atmosférico exageradamente grande de 8,3 litros. El bloque provenía del Dodge Viper, y es considerado el camión de rendimiento definitivo.

Porsche Carrera GT

Esta maravilla merecería un artículo por separado. Por las venas del Carrera GT hay ADN de Le Mans y también de la Formula 1, siendo un coche que resume muy bien la filosofía de la marca de Stuttgart.

Su V10 de 5,7 litros producía 605 CV. Aunque el coche ya no se fabrica, es considerado por muchísimos expertos como uno de los mejores deportivos que se han fabricado en la historia.

Volkswagen Touareg I V10 TDI

No era fiable, pero sí fue una auténtica osadía por parte del Grupo VAG. Para comprender este coche hay que ponerse con la mentalidad de principios de siglo. Había bonanza y no había estallado todavía la burbuja inmobiliaria. En la automoción, los fabricantes alemanes comenzaron a picarse por ver quién fabricaba el mejor SUV de lujo. Y Volkswagen se la jugó con el Touareg, cuya primera generación fue un desastre. Por si fuera poco, el modelo más radical con motorización diésel llevaba un V10 de 5 litros.

Eso sí, no fue el motor más absurdo que llevó este trasto. Existió también una variante con un motor W12 de gasolina. Se rumorea que los pocos que lo compraron tuvieron que hacerse también con un petrolero.

Audi S8 5.2 FSI Quattro

Se lanzó a mitad de generación, y llevaba también el V10 del Lamborghini Gallardo. Esta berlina de representación producía 444 CV. Pesaba casi 2 toneladas, aunque también hay que tener en cuenta que normalmente cargaban más masa, pues era el típico coche para grandes autoridades que suelen añadir blindaje a sus vehículos.

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