¿Se puede añadir aceite a un motor caliente?

rellenar aceite motor caliente

Los coches suelen fallar cuando más los necesitamos. En un viaje largo, puede ocurrir que se nos encienda en el cuadro algún testigo importante, como puede ser el del aceite. Estos casos van a ocurrirnos casi siempre cuando no comprobamos el nivel del aceite antes de salir, y puede convertirse en un auténtico quebradero de cabeza una vez metidos en ruta.

Si el testigo del nivel del aceite se enciende en tu coche y tienes la suerte de que llevas en el maletero una garrafa de aceite —o estás cerca de algún sitio donde puedas comprarlo—, lo primero y más importante que tienes que hacer es comprobar con la varilla que, efectivamente, el motor está bajo de aceite. En caso afirmativo, puedes rellenar un poco hasta que el nivel vuelva a su sitio correcto. Sin embargo… ¿Es posible hacerlo con el motor en caliente? ¿O hay que esperar a que se enfríe?

¿Qué pasa si añades aceite a un motor cliente?

fallo nivel aceite

La realidad es que probablemente no pase nada grave. Sin embargo, hay una serie de factores que pueden ponerte en riesgo al hacerlo, al mismo tiempo que es más sencillo equivocarse en la medida por culpa de trabajar con un cárter que está todavía caliente.

Cuidado con las salpicaduras de aceite

Al entrar en contacto el aceite frío con la superficie caliente del motor, puede producirse una salpicadura. El aceite del coche trabaja a temperaturas bastante altas —incluso si hemos apagado el motor hace algunos minutos—, por tanto, hay un riesgo de sufrir quemaduras que deberías evitar.

Llenado incorrecto

El aceite caliente tiene una consistencia más líquida. Esto significa que la varilla puede mostrar una lectura incorrecta. De ahí que se pueda incurrir en un llenado excesivo o insuficiente del motor.

Es recomendable esperar unos 20 minutos para que el motor se enfríe antes de añadir el aceite. De lo contrario, es más probable que acabes equivocándote. Si es por defecto, no hay problema. Simplemente, habrá que rellenar un poco más. Sin embargo, pasarse con el nivel de aceite es sinónimo de problemas.

¿Qué pasa si cambio el aceite con el motor en caliente?

vaciado carter aceite

A la hora de cambiar el aceite, es mejor que el motor no esté ni muy caliente ni muy frío. Pero, supongamos que te va el riesgo. ¿Qué podría salir mal si decides hacerlo con el motor aún caliente?

Drenaje ineficiente del aceite

Durante el funcionamiento del vehículo, la bomba de aceite circula el lubricante por los componentes del motor para absorber el calor generado. Al apagar el coche, cerca del 95% del aceite regresa al cárter en los primeros 2 minutos, y el resto tarda entre 5 y 10 minutos más. De no esperar este tiempo, podrías enfrentarte a problemas a futuro.

Quemaduras

El aceite puede alcanzar temperaturas de hasta 94 ºC, lo suficientemente caliente como para causar quemaduras en caso de entrar en contacto con tu piel. Honestamente, no merece la pena exponerse a quemaduras por no esperar unos minutos. Más, sabiendo que ni siquiera podrás drenar correctamente el circuito.

¿Cómo se logra la temperatura ideal para cambiar el aceite?

El motor no debe estar ni frío ni muy caliente, lo ideal es que esté tibio. Para lograr esto, sigue estos pasos:

  1. Enciende el motor y déjalo funcionar entre 5 y 10 minutos.
  2. Apaga el motor y espera unos 6 o 7 minutos.
  3. Procede a drenar el aceite del motor.

Siguiendo estos pasos, no te quemarás y drenarás bien el circuito. Eso sí, manchar te vas a manchar casi seguro. Así que usa ropa a la que no le tengas mucho aprecio.

Monitoreo de Presión de Neumáticos (TPMS): Problemas Comunes y Soluciones

icono tpms exclamacion cuadro presion neumaticos

El Sistema de Monitoreo de Presión de Neumáticos, o TPMS, ha pasado de ser un añadido que venía en los coches de lujo, a estar presente en prácticamente todos los coches que se venden en la actualidad.

Aunque a simple vista puede parecer un sistema sencillo, en realidad es una combinación compleja de componentes electrónicos y mecánicos diseñados para trabajar en conjunto y garantizar que los neumáticos estén siempre en condiciones óptimas. Por desgracia, no todo el mundo comprende cómo funciona el TPMS, así que, en este artículo, vamos a explicar punto por punto cómo trabaja y qué debes hacer en caso de que tengas problemas con la presión de tus neumáticos.

¿Cómo funcionan los sensores TPMS?

El sistema TPMS responde a las siglas ‘Tire-pressure monitoring system‘, que se traduciría como Sistema de Monitoreo de Presión de Neumáticos. Lo conforma un conjunto de sensores ubicados en cada neumático del coche y que se dedican a monitorear continuamente la presión interna de la cubierta. En algunos casos, también son capaces de medir la temperatura.

Cada sensor TPMS está compuesto por una batería, un transmisor de radiofrecuencia y los mecanismos necesarios para medir la presión. Cuando el neumático se infla o desinfla, el sensor detecta cualquier cambio en la presión y lo compara con los valores preestablecidos para ese vehículo. Si la presión cae por debajo del umbral mínimo o supera el máximo, el sensor envía una señal al módulo de control del vehículo.

La comunicación se realiza a través de ondas de radiofrecuencia. Una vez que el módulo de control recibe la señal, procesa la información y, si detecta una anomalía, activa una alerta en el cuadro de instrumentos del conductor, tal y como veremos un poco más adelante en este mismo artículo.

Tipos de TPMS y sus Diferencias

vista sensor tpms

Existen dos sistemas TPMS distintos en el mercado. Aunque tienen el mismo objetivo, operan de maneras distintas, por lo que es conveniente que sepas de antemano cuál de estos dos sistemas es el que utiliza tu vehículo:

TPMS Directo

El TPMS directo es el más común y preciso. Utiliza sensores físicos dentro de cada neumático para medir la presión real en cada momento. Si la presión cae por debajo del 20-25% de la recomendada, el sistema alerta al conductor mediante una señal visual o sonora.

Estos sistemas son más precisos, pero también más caros. También van ligados a un mantenimiento más minucioso y caro.

TPMS Indirecto

A diferencia del sistema directo, el indirecto no mide la presión real. En su lugar, utiliza sensores de velocidad en las ruedas para detectar pequeñas variaciones en el diámetro del neumático. Si una rueda gira más rápido que las otras, el sistema asume que está desinflada y alerta al conductor. Aunque es menos preciso, tiene la ventaja de ser más económico y fácil de mantener.

Motivos por el que el TMPS puede dejar de funcionar

Como cualquier sistema complejo, el TPMS no está exento de problemas. Sin embargo, con un mantenimiento adecuado y un conocimiento profundo, es posible prevenir y solucionar la mayoría de estos inconvenientes. En cualquier caso, aquí tienes las principales causas que originan problemas en los sensores de presión de los neumáticos:

Corrosión

Uno de los problemas más comunes es la corrosión, especialmente en sensores con vástagos de aluminio. La exposición a la sal y otros químicos en la carretera puede acelerar este proceso.

Es fundamental inspeccionar regularmente los sensores y reemplazar cualquier componente corroído. Además, al cambiar o reparar un neumático, es esencial verificar el estado del sensor y reemplazar las juntas o sellos si es necesario.

Batería Agotada

Los sensores TPMS son dispositivos electrónicos, y como tales, dependen de una fuente de energía. La mayoría utiliza baterías no reemplazables que duran entre 8 y 10 años. Cuando una batería se agota, el sensor deja de funcionar y debe ser reemplazado. Es recomendable revisar el estado de las baterías durante las revisiones rutinarias del vehículo.

Sensores ausentes o no compatibles

No es extraño que algunos vehículos lleguen a los talleres con sensores que no están o que son incompatibles. Esto puede ser el resultado de reparaciones anteriores realizadas con piezas no originales o incorrectas. En estos casos, es vital identificar el problema y reemplazar los sensores con las piezas adecuadas.

Qué hacer en caso de fallo de TPMS en el cuadro

Cuando el Sistema de Monitoreo de Presión de Neumáticos (TPMS) detecta un problema, suele enviar una alerta al conductor a través de un indicador en el cuadro de instrumentos. Esta señal, generalmente representada por un ícono de un neumático plano o una exclamación dentro de un neumático, es una advertencia de que algo no está bien y requiere atención inmediata.

¿Te ha ocurrido? Pues bien, esto es lo que debes hacer si te encuentras en esta situación:

Mantén la calma y evalúa la situación

Si el indicador de TPMS se enciende mientras conduces, no entres en pánico. Encuentra un lugar seguro para detenerte y evalúa la situación. Es posible que solo sea una fluctuación temporal en la presión de uno de los neumáticos.

Verifica la presión de los neumáticos

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Una vez que estés en un lugar seguro, utiliza un manómetro para comprobar la presión de cada neumático. Si alguno está desinflado, infla el neumático a la presión recomendada que suele estar indicada en el marco de la puerta del conductor o en el manual del vehículo.

Para este tipo de situaciones, llevar siempre en el maletero un compresor pequeño puede ser de gran ayuda. Vas a poder comprobar la presión en cuestión de segundos y detectar rápidamente si tienes un pinchazo, o si se ha tratado de algún falso positivo o fallo con el sensor.

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Inspecciona visualmente los neumáticos

Esto es lo que debes hacer si encuentras un sitio seguro, pero no tienes cerca un compresor. Busca signos de daño, como pinchazos, cortes o bultos. Si detectas un daño evidente, es posible que necesites cambiar el neumático por el de repuesto, usar un kit antipinchazos o llevarlo a un taller para su reparación.

Reinicia el sistema TPMS

Botón 'TPMS SET' en un Volkswagen / Grupo VAG
Botón ‘TPMS SET’ en un Volkswagen / Grupo VAG

La gran parte de las veces que se enciende la luz de fallo de presión de neumáticos en el cuadro, no se trata de un fallo con el TPMS. La causa es sencilla: has llenado los neumáticos recientemente, pero no se lo has indicado al coche.

Casi todos los vehículos que tienen TPMS tienen también un botón de reinicio para estos sensores. El funcionamiento viene explicado en el manual de usuario, pero prácticamente nadie va a estudiarse el susodicho librito.

La forma correcta de hacer uso de este sistema es inflar las ruedas y luego pulsar el botón TPMS durante unos segundos para indicar a la centralita del coche que esta presión que hemos metido a los neumáticos es la correcta.

Interfaz de reinicio de TPMS en un BMW

Si tu coche no tiene un botón físico, es posible que se encuentre la opción en algún menú dentro de la interfaz visual del ordenador de abordo. Tanto si es un botón como si tu coche lo tiene en formato ‘app’, lo reconocerás porque el botón tiene el mismo icono que se enciende en el cuadro.

¡No ignores la alerta!

Aunque puede ser tentador ignorar el indicador y seguir conduciendo, es esencial recordar que el TPMS está diseñado para alertarte sobre posibles problemas que pueden afectar la seguridad de tu vehículo. Ignorar la alerta puede llevar a problemas más graves a largo plazo, como un desgaste irregular de los neumáticos o incluso un reventón.

Como decimos, si estás harto de ver el aviso en el cuadro, pero sabes que tienes la presión correcta en tus neumáticos, lo que está fallando es que no has ‘seteado’ la presión. Simplemente, tienes que encontrar ese botón o ese menú oculto para indicar al coche que ya has inflado las ruedas.

Si no consigues solucionarlo, consulta a un profesional

Si después de seguir los pasos anteriores el indicador de TPMS sigue encendido, es recomendable acudir a un taller especializado. Puede ser un problema con uno de los sensores, con la batería del sensor o con el sistema TPMS en sí. No lo dejes, pues el sistema está ahí para garantizar tu seguridad.

Cómo hacer que el embrague dure más tiempo

kit embrague cambiar

Los coches manuales posiblemente tienen los días contados. Las normas medioambientalistas mandan, y los modelos automáticos siempre son más eficientes a la hora de hacer los cambios, al mismo tiempo que sufren menos desgaste.

Los embragues de las cajas de cambios manuales se han mejorado mucho a lo largo de los años. Muchos de ellos pueden durar ya casi tanto como el propio coche. Sin embargo, el estilo de conducción sigue siendo el factor que más influye en su vida útil. Y es que, como sabrás, cambiar un kit de embrague es bastante caro, tanto por los componentes en sí como por la propia mano de obra —no hablemos ya si dañamos el volante de inercia—.

¿Es el embrague un elemento de desgaste? ¿Hay que cambiarlo con el tiempo?

Con el auge del Renting y todos estos nuevos métodos que existen para adquirir un coche, no es de extrañar que veamos cláusulas en los contratos donde se especifica lo que la casa cubre a la hora de usar el vehículo.

En muchas garantías de automóviles, los embragues de las cajas de cambio manuales se consideran elementos de desgaste. Esto no suele ocurrir con otros coches con cajas automáticas robotizadas o de doble embrague, donde el impacto del usuario es inferior y el kit puede llegar a incluirse en la garantía.

Cómo alargar la vida útil de un embrague

Haciendo una conducción mixta por carretera y ciudad, no es complicado hacer que un embrague dure 10 o más años, así como superar la barrera de los 200.000 kilómetros. Lo único que debes saber son estos consejos que te dejamos a continuación:

Conduce con suavidad y haz cambios progresivos

Una conducción brusca y agresiva puede acelerar el desgaste del embrague. Al cambiar de marcha, es importante hacerlo de forma suave y gradual, evitando aceleraciones repentinas o cambios de marcha innecesarios.

El pedal del embrague solo es necesario sostenerlo en el cambio de primera a segunda. En el resto, se puede equilibrar rápidamente pisando el acelerador y evitando mantener el pie abajo de forma innecesaria.

No uses el embrague de reposapiés

El pedal del embrague solo debe usarse para cambiar de marcha, frenar o evitar que el motor se cale. Siempre lo pisaremos a fondo para evitar dañar los mecanismos.

El resto del tiempo, el pie izquierdo debe estar sí o sí en el reposapiés. Bajo ningún concepto debes circular poniendo el peso del pie en el embrague ni pisarlo parcialmente. Esto último lo suele hacer la gente que desarrolla cierto miedo a la conducción, y se traduce en facturas carísimas de taller.

El cojinete de desembrague (o el cilindro esclavo concéntrico) también se desgasta mucho si se utiliza el pedal del embrague como reposapiés mientras se conduce.

En las cuestas, freno de mano

En la autoescuela nos enseñaron una fantástica forma de destruir un embrague, que no es otra que buscar el punto de fricción en las cuestas.

Como técnica está muy bien, pero solo hay un problema: ¡Estás poniendo todo el peso del coche en el embrague! Una vez apruebes el examen, pon el freno de mano en las cuestas. Cuando el semáforo se ponga verde, mete primera, busca el punto de fricción, pisa el acelerador y ve quitando el freno de mano. No se te caerá el coche hacia atrás y tu embrague te lo agradecerá.

Evita arrancadas bruscas

Al arrancar, especialmente desde un punto muerto, hazlo con suavidad. Las arrancadas bruscas generan un desgaste acelerado del embrague. Hacer un ‘Launch Control’ está guay, pero cambiar el kit de embrague no mola tanto.

Aprende a usar la marcha adecuada

Conducir con una marcha larga es bueno para hacer consumos, pero no es lo ideal cuando hay que acelerar bruscamente, remolcar carga o subir pendientes.

En estos casos, y especialmente, en los coches con embrague tipo volante bimasa, esta mala práctica hará que el volante de inercia tenga que absorber las vibraciones generadas al operar a bajas revoluciones.

Si falla el volante de inercia, será necesario cambiar también el embrague. Adicionalmente, dejar el coche al ralentí por largos periodos con el compresor del aire acondicionado activado por el motor también puede favorecer el fallo del volante, así que no abuses de esto tampoco.

No sobrecargues el coche innecesariamente

Sobrecargar el vehículo pone presión adicional sobre el embrague, especialmente en subidas o al arrancar. Asegúrate de no exceder la capacidad de carga recomendada por el fabricante.

En coches normales, resulta complicado superar el peso máximo, pero en furgonetas y vehículos de trabajo, es bastante común que los embragues duren menos de lo esperado por culpa de cargarlas en exceso.

Aprende a reconocer que tu embrague está fallando

aceite embrague

Ahora que ya sabes todo lo necesario para evitar un desgaste prematuro de tu embrague, vamos a darte unos últimos tips finales para que puedas adelantarte al fallo. Detectar los signos tempranos de su desgaste no solo puede ahorrar costos de reparación, sino que también será clave para que no te quedes tirado:

Punto de fricción en la parte alta del recorrido del pedal

Uno de los signos más claros de desgaste es cuando el punto en el que el embrague comienza a engancharse (o «morder») se siente mucho más alto de lo normal cuando se libera el pedal.

Cuando esto ocurre, el embrague ya no estará agarrando con la misma fuerza. Lo normal es que el punto de fricción se encuentre antes de la primera mitad del recorrido, siempre y cuando el circuito hidráulico esté en buenas condiciones.

Deslizamiento del embrague

Si al acelerar sientes que las revoluciones del motor aumentan, pero la velocidad del vehículo no lo hace de manera proporcional, es probable que el embrague esté deslizándose.

Traducido al castellano, viene a significar que el embrague no está transfiriendo de manera efectiva toda la potencia del motor a la transmisión.

Ruido al cambiar de marcha

El embrague no tiene que sonar al pisarlo. Si escuchas un sonido al presionar el pedal, o escuchas un cambio de ritmo en el sonido del motor al soltarlo, casi seguro que tendrás un problema en la bomba de embrague. Puede ser tanto en el cilindro maestro como en el esclavo.

Dificultad al cambiar de marcha

Si experimentas resistencia o dureza al intentar cambiar de marcha, es posible que el embrague no se esté desenganchando correctamente.

Esto puede deberse a un desgaste excesivo o a problemas con el fluido de la transmisión.

Vibración en el pedal del embrague

Si al presionar el pedal del embrague sientes una vibración extraña, esto podría ser un signo de un embrague desequilibrado o dañado. Lo ideal en estos casos es ir al taller a que lo revisen antes de que sea tarde.

Olor a quemado

Un embrague que ya no trabaja bien patinará constantemente, generando fricciones muy exageradas que pueden hacer que el material del que está hecho el disco se quemen. El resultado es un olor muy desagradable que llega incluso a entrar al habitáculo.

Si esto te ocurre a menudo, no esperes a quedarte totalmente sin embrague. Una vez que te quedas sin embrague, será el volante de inercia el que sufra y tendrás que sustituirlo, sumando más euros a la factura final.

Reconocer estos síntomas a tiempo es esencial para garantizar la seguridad en la carretera y para minimizar los costes de reparación. Si experimentas alguno de estos síntomas, te recomendamos que acudas a un mecánico de confianza para realizar una revisión y determinar la mejor solución.

Síntomas de la presencia de aceite en un embrague

aceite embrague

El embrague es un componente fundamental en la mayoría de los vehículos de combustión. Este elemento es el encargado de unir el motor y la transmisión, actuando mediante la fricción.

Cuando el embrague está muy desgastado, resulta bastante complicado poner en marcha el vehículo. En el peor de los casos, un embrague roto nos va a impedir totalmente cambiar de marcha o incluso poner en funcionamiento el coche. Sin embargo, hay otras causa que nos pueden hacer creer que tenemos el embrague dañado, y no es otra cosa que la presencia de aceite en el plato de embrague.

¿Cómo puedo saber si hay aceite en mi embrague?

El disco de embrague normalmente está bien protegido dentro de su carcasa. Este dispositivo está en constante interacción con el volante de inercia en los automóviles de transmisión manual. Sin embargo, en ciertas ocasiones, este sistema puede verse comprometido por la contaminación de aceite en el disco de embrague, lo que puede llevar a su deterioro o mal funcionamiento.

Por lo general, lo que nos puede ‘chivar’ la presencia de aceite en el disco de embrague es el simple hecho de notar el embrague resbaladizo, así como la dificultad para cambiar de marchas. En otros casos, puede producirse también un olor a quemado bastante característico. La mayoría de las veces, la solución a este problema implica la necesidad de sustituir el embrague, que, como sabrás, suele ser caro.

El material de fricción en un disco de embrague es extremadamente duradero, capaz de resistir altas temperaturas y un considerable grado de fricción. No obstante, también puede absorber aceite y otros líquidos, causando que resbale y se queme al interactuar con un volante de inercia de alta velocidad.

Indicadores claves de la presencia de aceite en el disco de embrague:

  • Resbalamiento del embrague al cambiar de velocidades: el aceite interferirá entre embrague y volante de inercia, haciendo que no se transmita correctamente el movimiento.
  • Disco de embrague calcinado y olores desagradables: cuando una buena cantidad de aceite impregna un embrague, el disco se puede sobrecalentar e incluso puede llegar a quemarse, dando lugar a un olor bastante fuerte a quemado.
  • Cambios de velocidad abruptos: cuya explicación es la dificultar que tiene el embrague mojado de aceite para acoplar y desacoplarse del sistema.
  • Aumento en las revoluciones del motor: producido porque el giro del motor no se puede transmitir correctamente a las marchas por culpa de la baja fricción que ejerce el embrague.
  • Ruidos provenientes del embrague: chirridos, desgaste irregular por la zona que no está mojada de aceite…

Si detectas que tu vehículo está consumiendo más aceite de motor de lo normal, u observas manchas de aceite o fluido de transmisión bajo tu vehículo luego de estacionarlo, podrías estar frente a una fuga de líquido que debe ser atendida. Además, si estás experimentando problemas con el embrague, es posible que haya aceite o fluido llegando al disco de embrague.

Si una cantidad significativa de aceite llega al embrague y al componente de fricción del disco de embrague, seguramente alterará el funcionamiento del mismo. La gravedad de los síntomas variará dependiendo de la cantidad de aceite o fluido absorbida por el disco de embrague.

Motivos por los que puede haber aceite en el embrague

embrague funcionamiento aceite

¿De dónde viene ese aceite? Normalmente, el origen estará en una fuga en el cigüeñal o en alguna otra parte del motor, que logra entrar en la carcasa del embrague. Sin embargo, es mucho más común que el aceite provenga de la transmisión o del sistema hidráulico del embrague debido a un cilindro esclavo que gotea. Estas son las causas más comunes:

Fuga de fluido hidráulico del embrague del cilindro esclavo

Una de las causas más habituales de la presencia de aceite o fluido en un disco de embrague es la fuga originada en un cilindro esclavo defectuoso. Este cilindro, junto con el cilindro maestro, la horquilla del embrague y el cojinete de desembrague, son elementos esenciales para el correcto funcionamiento del embrague.

Para activar el movimiento de la placa de presión del embrague, se bombea fluido (normalmente fluido de frenos que comparte con el sistema de frenado) a presión hacia el interior del cilindro esclavo. Esto provoca el desplazamiento del pistón del cilindro esclavo, que a su vez activa la horquilla del embrague, empuja el cojinete de desembrague y libera la placa de presión del embrague.

El cilindro esclavo utiliza el líquido para activar la horquilla del embrague y liberar la placa de presión. Si dicho cilindro presenta fugas, es muy probable que el fluido termine en la placa de presión y de ahí se desplace hasta uno de los lados del disco de embrague. Dado que este fluido opera bajo presión, cualquier deterioro o desgaste en los sellos del cilindro esclavo puede provocar fugas considerables.

En caso de que una cantidad suficiente de este aceite alcance la superficie del disco de embrague, será necesario reemplazarlo. El fluido de frenos puede causar daño irreparable al material de fricción del disco de embrague, incluso si se intenta limpiarlo, pues es un producto muy corrosivo.

Fuga del sello del cigüeñal

Otra forma en que el aceite puede infiltrarse hacia el embrague es a través de una pérdida en el sello del cigüeñal. Este sello está diseñado con el propósito de prevenir que el aceite del motor se filtre fuera de este y penetre en la carcasa del embrague. En caso de que el sello del cigüeñal esté dañado o desgastado, es probable que el aceite del motor se filtre y se introduzca en la carcasa del embrague.

Este componente es un sello de goma que se encuentra en la parte delantera y trasera del cigüeñal. El trasero es el que está más cerca de la carcasa del embrague y es el que es más probable que cause una fuga de aceite en el plato de embrague.

Fuga de la junta de la caja de cambios

Con el mismo planteamiento, la junta de la caja de cambios tiene la función de sellar la caja de cambios para evitar la fuga de aceite de la transmisión. Si la junta de la caja de cambios está dañada o presenta desgaste, es probable que el aceite de la transmisión se filtre y llegue hasta la carcasa del embrague.

Fuga en la junta del cárter

Solo te va a pasar en coches antiguos, pero puede ser una causa. Los cárter de ahora se diseñan aleaciones bastante duras, y se ubican de forma que no pueda llegar una fuga de aceite al embrague. En coches ya entrados en años, esta puede ser la explicación de por qué hay aceite en tu disco del embrague.

¿Cuál es la temperatura de funcionamiento normal de una caja de cambios?

temperatura caja cambios

El fluido de la transmisión se encarga de que todos los elementos que conforman la caja de cambios funcionen correctamente. La temperatura de este líquido se controla normalmente a través de sensores, que mandan la información a la centralita (ECU) del coche.

Sin embargo, hay una serie de factores que pueden influir en la temperatura de este aceite. En este artículo hablaremos de la temperatura a la que debe trabajar el fluido de transmisión de promedio. También te contaremos algunos trucos para mantener la transmisión en buen estado y prácticas para evitar que este sistema se sobrecaliente. Vamos al lío.

¿A qué temperatura debe trabajar una transmisión?

La mayoría de las transmisiones, trabajan aproximadamente entre 80 y 105 ºC. Las automáticas tienen a calentarse más, mientras que las manuales suelen trabajar de media entre los 80 y los 90 ºC. Una temperatura por encima de estos valores puede significar que nuestro vehículo tiene un fallo mecánico que deberíamos solucionar cuanto antes para no quedarnos tirado.

¿Por qué se calientan más las transmisiones automáticas?

El fluido de transmisión se calienta más cuando pasa por el convertidor de par. Cuando el vehículo hace un trabajo pesado, como puede ser subir pendientes en carretera a alta velocidad con mucho peso, se pueden llegar a alcanzar incluso 175 ºC, lo cual no es positivo para la vida útil del fluido, y mucho menos para la caja de cambios.

¿Cómo puedo saber si mi fluido de transmisión está sobrecalentándose?

luz fallo transmisión.jpg
Luz de advertencia de problemas con la transmisión

Aquí tenemos que darte las primeras malas noticias. La mayoría de los automóviles del mercado no cuentan con una alerta específica para el sobrecalentamiento. En su lugar, se encenderá la luz de comprobación del motor o recibirás una advertencia de transmisión si tu coche está equipado con ella.

No obstante, aquí tienes una lista con las causas más comunes para que puedas identificar este problema rápidamente:

Luz de advertencia de la transmisión

En el caso de que tu automóvil esté dotado de una señal de aviso de transmisión, tendrás un pequeño chivato que te avisará en el tablero —no sin antes darte un pequeño susto, como suele pasar siempre que se nos enciende algo—.

Esta luz se activa cuando los sensores detectan alguna anomalía o disfunción en el sistema de transmisión. Sin embargo, si tu vehículo no cuenta con esta característica, es probable la luz que se encienda sea la del ‘check engine’ o fallo motor, que suele asustar un poco más.

Es importante señalar que la activación de la luz de transmisión no se limita a indicar situaciones de sobrecalentamiento. Este sistema también está diseñado para emitir una alerta en caso de niveles bajos de fluido de transmisión, problemas en el bloqueo del cambio, fallos en el convertidor de par, defectos en el cuerpo de la válvula o inconvenientes de carácter eléctrico. Para identificar y corregir el problema en cuestión, se requiere un diagnóstico exhaustivo en un taller.

Problemas para cambiar de marcha

Cuando el fluido de transmisión se calienta en exceso, pierde parte de sus características. La temperatura altera su consistencia, lo que puede provocar que sea más difícil cambiar de marcha.

Paralelamente, el embrague también puede comenzar a patinar, o incluso dar la sensación de que el coche se atasca en una marcha —en coches automáticos—.

Vibraciones y rechinamientos

caja cambios por dentro

El fluido de transmisión tiene propiedades lubricantes, como también ocurre con al aceite del motor. Cuando opera a su viscosidad adecuada, va a lubricar los engranajes y asegurar que todo funcione sin problemas. Sin embargo, cuando el fluido se calienta demasiado, no va a lubricar bien, como ya hemos explicado en el punto anterior.

Una caja mal lubricada se puede diagnosticar de oídas porque los engranajes chirrían y hacen un sonido muy desagradable. A bordo del coche, también se puede notar un aumento de las vibraciones, especialmente al cambiar de marcha.

Cuando esto pase, hay que anticiparse al fallo. No debes seguir usando el coche, pues el problema puede ir a mayores y convertirse en una avería carísima.

Olor a quemado

Los olores, al igual que los ruidos, anticipan el desastre cuando hablamos de mecánica. Si tu coche huele a quemado y tiene algunos de los problemas que hemos mencionado, es posible que el aceite de la transmisión se esté quemando.

No ignores el problema, pues la cosa puede acabar en incendio.

Sobrecalentamiento del motor

Motor y transmisión trabajan codo con codo. Si la transmisión tiene problemas, es posible que el motor también esté trabajando en exceso. Y eso podemos saberlo porque también mostrará síntomas de sobrecalentamiento. Por suerte, la temperatura del motor —o mejor dicho, del refrigerante— es un dato que está accesible en prácticamente todos los vehículos de combustión.

Si quieres saber más sobre la temperatura normal de funcionamiento de un motor, no te pierdas esta lectura que te enlazamos.

¿Cuáles son las causas de las altas temperaturas de la transmisión?

cambiar liquido transmision

Se pueden dar numerosos casos en los que el líquido de la caja de cambios aumente de temperatura. Las explicaciones más comunes son las siguientes:

  • Fluido de transmisión viejo y contaminado: el líquido de transmisión es esencial para el correcto funcionamiento de la transmisión, ya que lubrica las partes móviles y ayuda a disipar el calor. Con el tiempo, este fluido puede degradarse y contaminarse con partículas de metal y polvo, lo que reduce su eficacia.
  • Niveles bajos de fluido de transmisión: un nivel bajo de fluido de transmisión puede causar una variedad de problemas, incluyendo sobrecalentamiento, cambios de marcha bruscos y desgaste prematuro de la transmisión. Es importante revisar regularmente el nivel de fluido de transmisión y rellenarlo si es necesario.
  • Líneas del enfriador de transmisión con fugas: los conductos del enfriador de transmisión llevan el fluido de transmisión caliente al radiador, donde se enfría antes de volver a la transmisión. Si estas líneas tienen fugas, el fluido de transmisión puede perderse, lo que puede resultar en niveles bajos de fluido y sobrecalentamiento.
  • Sellos o juntas desgastados: los sellos y juntas de la transmisión ayudan a mantener el fluido de transmisión dentro de la transmisión y evitan que entre suciedad y otros contaminantes. Si estos se desgastan, pueden producirse fugas de fluido, lo que bajará el nivel y aumentará el sobrecalentamiento.
  • Filtro de transmisión obstruido: el filtro de transmisión ayuda a eliminar las partículas de metal y otras impurezas del fluido de transmisión. Si se obstruye, puede impedir el flujo adecuado de fluido de transmisión, lo que puede causar sobrecalentamiento y otros problemas.
  • Motor sobrecalentado: al igual que una transmisión sobrecalentada puede sobrecalentar un motor, también puede ocurrir a la inversa.
  • Sobrecarga de la transmisión más allá de su capacidad: la transmisión de un vehículo está diseñada para manejar una cierta cantidad de peso. Si se sobrecarga la transmisión, como por ejemplo al remolcar un peso que excede la capacidad de remolque del vehículo, el sistema va a elevar su temperatura y se acelerará su desgaste.

¿Cuál es la temperatura normal de la transmisión cuando se remolca?

remolcar temperatura caja cambios

Remolcar implica hacer que la transmisión tenga que soportar más peso. El arrastre adicional y el peso del vehículo remolcado hacen que la transmisión trabaje más. Como resultado, la temperatura del fluido aumentará.

No obstante, ni siquiera remolcando deberíamos ver una elevación de la temperatura del aceite de la transmisión por encima de esos 105 ºC.

¿Hay que calentar la transmisión antes de conducir?

problemas cambiar en frio

No, no hace falta. Cuando un coche está frío, no se debe ser brusco con él para no dañar el propulsor y otras piezas móviles. En el caso de la caja de cambios, no es necesario hacer nada.

Mi coche no cambia bien en frío

Esto puede deberse a un problema con la transmisión o incluso con el propio embrague. Los problemas con la bomba de embrague pueden hacer que nada más arrancar el coche, no entre una sola marcha.

No obstante, si nos ceñimos a lo que puede ocurrir con la propia transmisión, sí puede darse el caso de que un coche tenga problemas con las marchas nada más arrancar por culpa de la baja temperatura. En los meses de invierno, puede ocurrir que el frío afecte a la viscosidad del aceite.

Si este problema se convierte en un suplicio para ti, habla con tu mecánico de confianza por si hubiera que utilizar un aceite distinto con mayor tolerancia a las bajas temperaturas.

¿Puedo conducir con una transmisión sobrecalentada? ¿Es seguro?

No, debes dejar de conducir si la transmisión comienza a sobrecalentarse. Seguir conduciendo con una transmisión sobrecalentada puede provocar una avería grave.

Si estás lejos de casa y no puedes permitirte llamar a una grúa, para en un lugar seguro, espera a que el coche se enfríe y prueba de nuevo. Si la cosa se desmadra, llama a una grúa.

¿A qué temperatura se quema el líquido de transmisión?

En circunstancias normales, tu automóvil no debería quemar el líquido de la transmisión bajo ningún concepto.

Además, este fluido, en particular, no es susceptible a la combustión espontánea. No obstante, como ya anticipábamos, puede llegar a evaporarse si llega a su límite, al igual que puede prenderse si se calienta por encima de su punto de inflamación. Hablamos de temperaturas entre 150 y 195 ºC, valores que no deberían alcanzarse jamás en tu coche.

Mi volante tiembla cuando conduzco. ¿Por qué ocurre?

vibracion volante

Un volante puede vibrar de forma normal a bajas velocidades en el caso de que tengamos una dirección no electrónica. Sin embargo, cuando se circula a velocidades más altas, que el volante nos transmita muchas vibraciones no es algo bueno, ya que puede significar que algo no va bien en nuestro vehículo.

En este artículo, discutiremos las posibles causas de por qué tu volante puede estar temblando mientras conduces, así como los pasos a seguir para asegurarte de que tu coche se mantenga seguro en la carretera.

Motivos por los que un volante puede vibrar

Las vibraciones del volante pueden ser causadas por una serie de factores, que van desde problemas con los neumáticos hasta fallos en los componentes de la suspensión. Estas son algunas de las causas más comunes y para que puedas identificarlas:

Neumáticos en mal estado

Los neumáticos desequilibrados o dañados son una de las causas más frecuentes de la vibración del volante. Cuando un neumático no está correctamente equilibrado, puede generar vibraciones que se transmiten a través del volante.

Además, un neumático dañado o desgastado puede provocar vibraciones incluso a bajas velocidades. Si notas que las vibraciones se intensifican a medida que aumenta tu velocidad, es probable que el problema esté en este punto.

Llanta dañada

Si has tenido un pequeño accidente o sueles conducir por caminos con baches, es posible que la llanta de tu vehículo esté dañada. Este daño puede provocar vibraciones que se sienten al volante.

En algunos casos, puede ser necesario reemplazar la llanta completa. Si has notado un cambio en las vibraciones después de un incidente en la carretera, es posible que la llanta esté dañada.

Discos de freno desgastados

Los discos de freno en mal estado pueden ser otra causa de la vibración del volante. Si los discos están desgastados o han sido sobrecalentados, pueden generar vibraciones, especialmente al frenar. Si notas que las vibraciones se intensifican cuando frenas, es probable que los discos de freno estén en mal estado.

Alineación incorrecta de las ruedas

Una alineación incorrecta de las ruedas puede provocar que los neumáticos se desvíen en diferentes direcciones, lo que a su vez puede causar vibraciones en el volante.

Este problema puede agravarse si también existen componentes de la suspensión desgastados. Si notas que las vibraciones se producen al girar o cambiar de carril, es posible que las ruedas estén desalineadas.

Hacer el paralelo a las ruedas no es caro. De hecho, ir a un taller a tiempo será incluso una inversión, puesto que, si se deja pasar, lo que va a ocurrir es que tus neumáticos se van a desgastar de forma irregular y en tiempo récord.

Componentes de la suspensión desgastados

Los componentes de la suspensión, como los casquillos del brazo de control o los extremos de la barra de acoplamiento, ayudan a mantener la estabilidad del vehículo. Si estos componentes están desgastados, pueden provocar vibraciones al volante, especialmente a altas velocidades.

Si las vibraciones se producen en ciertas condiciones de conducción, como al pasar por baches o al girar, es posible que los componentes de la suspensión estén desgastados. Al ser un grupo tan amplio, lo ideal es que sea un experto el que determine si lo que está fallando es el brazo, un silentblock…

¿Cómo solucionar la vibración del volante?

En función del origen del problema, tendremos que optar por una u otra solución:

Equilibrado de neumáticos

Si el problema está en los neumáticos, puede ser necesario equilibrarlos. Este es un proceso que se realiza en un taller de neumáticos y que consiste en ajustar la distribución del peso del neumático y la llanta para que giren de manera uniforme.

Reparación o reemplazo de la llanta

Si la llanta está deteriorada, puede ser necesario repararla o reemplazarla. En algunos casos, los daños menores pueden ser reparados. Sin embargo, si el daño es severo, puede ser necesario reemplazar toda la llanta.

Cambiar los discos de freno

Si los discos de freno están en mal estado, estos pueden necesitar ser reemplazados. Este es un proceso que debe ser realizado por un profesional y que puede variar en coste dependiendo del modelo de tu vehículo. No lo dejes, puesto que circular con unos discos dañados es extremadamente peligroso.

Alinear los neumáticos

Si el problema está en que los neumáticos no tienen una caída perpendicular al suelo, tendremos que ir a un taller a que nos hagan el paralelo. Este es un proceso que ajusta los ángulos de las ruedas para que estén paralelas entre sí y perpendiculares al asfalto.

Reemplazo de componentes de la suspensión

En el peor de los casos, tocará sustituir partes de la suspensión, pues el alineado no será suficiente. Esto debe ser resuelto en un taller sí o sí, donde determinarán los componentes que habrá que cambiar.

¿Qué color debería tener el aceite de mi motor? Guía para leer la varilla de medición

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El cuidado y mantenimiento de un vehículo implican una serie de tareas esenciales, entre las que destaca el cambio oportuno del aceite del motor. Aunque llevemos los mantenimientos a rajatabla, es posible alargar o acortar un cambio de aceite, siempre y cuando las condiciones lo permitan.

Comprender el significado de los diferentes colores del aceite del motor es un aspecto clave para garantizar el rendimiento óptimo del motor. En este artículo, te proporcionaremos una guía detallada sobre cuál debería ser el color ideal del aceite del motor y qué implican los demás colores. Además, te enseñaremos cómo evaluar la condición del aceite, lo que te permitirá mantener un control efectivo sobre el mantenimiento del motor.

Guía de colores del aceite de motor

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El aceite del motor puede presentar diversas tonalidades de ámbar, las cuales pueden variar en función del tipo de aceite que utilices y la antigüedad de tu vehículo. Algunos aditivos pueden oscurecer el aceite un poco más rápido, pero, en general, después de un cambio de aceite, el aceite debería mantener su color ámbar durante un periodo considerable.

A medida que pasa el tiempo, el aceite del motor absorbe los subproductos de la combustión, lo que provoca su contaminación. Cuanto más tiempo transcurra sin cambiar el aceite, más oscuro se vuelve. Este oscurecimiento es una señal de que el aceite está cumpliendo con su función, que es precisamente mantener limpio el motor al recoger las impurezas que se generan durante la combustión.

Puedes saber el estado del aceite de tu coche no solo por el nivel, sino también por el color, tal y como te indicamos a continuación:

Ámbar: el color perfecto

Un aceite de motor de tonalidad ámbar es el indicativo de un estado saludable. Este es el color que quieres ver cuando revisas la varilla de medición.

Los buenos aceites mantienen su color ámbar original, tal como se ve cuando se introduce por primera vez en el motor. Cuanto más cercano esté al color ámbar, mejor será la condición del lubricante. Si observas aceite ámbar en la varilla de medición, puedes seguir conduciendo con tranquilidad, aunque es recomendable seguir revisándolo periódicamente para asegurarte de que no cambie.

Marrón oscuro o casi negro: final de vida útil

Cuando el aceite del motor adquiere un tono marrón oscuro o negro, suele ser una señal de que es hora de un cambio de aceite. Este oscurecimiento se produce debido a la acumulación de impurezas y residuos en el aceite a lo largo del tiempo.

Sin embargo, si el aceite es oscuro, pero mantiene una consistencia delgada, podría ser normal, especialmente si estás utilizando ciertos aditivos que pueden oscurecer el aceite. Si el aceite no se adhiere a la varilla de medición, es probable que todo esté bien y puedas seguir conduciendo.

Textura de crema o blanquecino: extremar precaución

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Los problemas de junta de la culata se manifiestan con un aceite que parece mayonesa

Un aceite de motor con apariencia espumosa, o con una consistencia parecida a la de una mayonesa, es una señal de alerta. En la mayoría de los casos, este tipo de aceite indica que la junta de la culata ha fallado, lo que permite que el refrigerante se filtre en el aceite.

La textura se produce porque se emulsionan el líquido refrigerante y el aceite, formando una crema blanquecina. Este es un problema serio que requiere atención inmediata, ya que puede llevar a reparaciones costosas si no se trata a tiempo.

Color óxido: hay humedad en el cárter o fugas

Si el aceite del motor adquiere un color similar al óxido, puede ser un indicativo de que vives en un ambiente con alta humedad o que tu vehículo es bastante antiguo. La humedad puede provocar la acumulación de condensación en la varilla de medición, lo que puede dar al aceite un aspecto oxidado.

También existe la posibilidad de que el fluido de la transmisión automática esté filtrándose en el motor debido a defectos, lo que puede hacer que la mezcla de aceite parezca de color óxido. En cualquier caso, es una señal de que debes llevar tu coche al mecánico para una revisión.

¿Cómo hay que leer la varilla de medición del aceite?

mirar nivel varilla aceite

Para hacer una lectura correcta del nivel y el color de tu aceite, sigue estos pasos:

Estaciona el coche en un lugar nivelado

Antes de comenzar cualquier procedimiento de mantenimiento en tu vehículo, es importante asegurarte de que esté estacionado de manera segura. Busca un terreno nivelado para estacionar y asegúrate de activar el freno de mano. Esto garantiza que el vehículo permanezca inmóvil durante todo el proceso.

Además, es recomendable apagar el motor y esperar unos minutos para que se enfríe un poco. Aunque puedes verificar la calidad y el nivel del aceite con el motor ligeramente caliente, debes tener cuidado de no tocar componentes que aún puedan estar calientes.

Sacar la varilla de medición: localización y extracción

El siguiente paso es localizar y extraer la varilla de medición del aceite del motor. Esta varilla suele tener un mango amarillo o una etiqueta que dice «Engine OIL».

Si tienes dificultades para encontrarla, consulta el manual del propietario de tu vehículo, que debería incluir un mapa del compartimento del motor que te ayudará a identificar la ubicación de todos los componentes.

Una vez que hayas localizado la varilla de medición, sácala con cuidado, asegurándote de que no gotee aceite sobre el motor, ya que esto podría causar un olor a quemado cuando el motor se caliente.

Limpia la varilla antes de la lectura

Una vez que hayas extraído la varilla de medición, el siguiente paso es limpiarla. Para hacer esto, puedes usar una toalla de papel o un trapo limpio.

De momento, no estamos midiendo el aceite. Simplemente, estamos preparando la varilla para una lectura precisa. Después de limpiar la varilla, vuelve a insertarla en el tubo hasta que esté completamente dentro.

Saca la varilla de medición: lectura del nivel de aceite

Ahora sí que estamos listos para extraer la varilla de medición una vez más, pero esta vez para leer el nivel de aceite. Cuando saques la varilla de medición, asegúrate de no limpiarla. En su lugar, observa el nivel de aceite en la varilla. Puedes sostener un trapo en la parte inferior para evitar que el aceite gotee.

Interpretación de los resultados

Finalmente, es hora de interpretar los resultados. En la varilla de medición, encontrarás dos marcas:

La marca inferior indica el nivel mínimo al que puede estar el aceite, mientras que la marca superior indica la altura máxima. Idealmente, el nivel de aceite debe estar entre estas dos marcas:

  • Si está por debajo de la marca inferior, necesitarás agregar aceite, pero solo si el color está correcto. Si el color no acompaña, haremos un cambio de aceite completo.
  • Por otro lado, si está por encima de la marca superior, tendrás que drenar algo de aceite. Puede sonar a broma, pero el del salpicadero se puede encender igualmente si arrancamos el coche con un nivel de aceite por encima del permitido.

Además de verificar el nivel de aceite, también debes evaluar su color y condición utilizando la guía de colores que mencionamos anteriormente. Para ello, ayúdate de un papel limpio.

Fallo del Sensor de Temperatura del Refrigerante: Síntomas, Causas y Cómo Solucionarlo

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Los coches modernos están repletos de sensores que se dedican a realizar todo tipo de mediciones. Por ese motivo, los vehículos actuales son más propensos a experimentar fallos de funcionamiento que los antiguos. Por suerte, muchas veces no se trata de problemas serios, sino fallos dados en los propios sensores.

Si tu motor se sobrecalienta a pesar de que no hagas grandes trayectos, y durante días fríos, es posible que tu problema esté relacionado con el Sensor de Temperatura del Refrigerante del Motor (STR). Este problema se suele presentar en conjunto con la luz de advertencia de ‘Check Engine’ (Fallo motor) en el tablero.

En este artículo, cubriremos qué es un sensor de temperatura de refrigerante, los principales signos y causas que lo hacen fallar, y cómo diagnosticarlo y repararlo. También responderemos algunas preguntas frecuentes relacionadas con este sistema.

¿Qué es el Sensor de Temperatura del Refrigerante del Motor?

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El sensor de temperatura del refrigerante mide la temperatura del refrigerante del motor a través de un circuito de resistencia. Envía esta lectura a la Unidad de Control del Motor (ECU). La ECU actúa como el «cerebro» de tu coche.

La ECU suministra al sensor un voltaje de referencia constante de 5V que el sensor convierte en una señal de voltaje adecuada de acuerdo con la temperatura del refrigerante. El sensor de temperatura del refrigerante de tu coche suele tener un Coeficiente de Temperatura Negativo (NTC), lo que significa que su resistencia disminuye con un aumento en la temperatura del refrigerante, resultando en una señal de salida de voltaje reducida.

La ECU detecta un cambio en la señal de voltaje del sensor y lo utiliza para controlar los siguientes parámetros:

  • Inyección y mezcla de combustible
  • Tiempo de encendido
  • Tiempo de la apertura de las válvulas
  • Cambio de transmisión
  • Ventilador del radiador
  • Medidor de temperatura del tablero

El sistema de refrigeración de tu coche puede tener varios sensores de temperatura del refrigerante, con el sensor principal ubicado en el bloque del motor cerca del alojamiento del termostato o el radiador. A continuación, hablaremos de los signos de un sensor defectuoso que puede afectar el rendimiento del motor de tu vehículo.

Síntomas de un Sensor de Temperatura del Refrigerante Defectuoso

luz check engine

Estos son los síntomas clave que se presentan cuando falla el sensor de temperatura del refrigerante:

Sobrecalentamiento del motor

Un sensor de temperatura del refrigerante que funciona mal puede enviar una señal de «frío» incorrecta a la ECU, engañándola para que crea que el motor aún no está caliente. La ECU ajustará la inyección de combustible, el tiempo de encendido y una mayor apertura de las válvulas, aumentando aún más la temperatura del motor y provocando su sobrecalentamiento.

Luz de ‘Fallo Motor’ encendida

Un sensor defectuoso puede hacer que la ECU active la luz de ‘Check Engine’ en el tablero de tu coche. También registrará un código de error que puede leerse utilizando una herramienta de escaneo OBD-2, la cual te recomendamos que tengas, pues resulta especialmente útil para saber rápidamente lo que le ocurre al coche sin tener que ir al mecánico (y borrar errores en caso de que trasteemos la mecánica del coche sin tener que depender de un experto).

Humo Negro en el escape

El sensor de temperatura del refrigerante de tu coche ayuda a su ECU a decidir la relación de mezcla de combustible-aire para la combustión. Un sensor defectuoso inducirá a la ECU a realizar malos cálculos, por lo que se puede producir una mezcla de combustible-aire rica, lo que lleva a humo negro del tubo de escape. Esto se traduce también en un tanque de combustible que se agota con mayor rapidez.

Dificultad para arrancar el coche

Cuando arrancas tu coche en frío, la ECU calcula la relación requerida de mezcla de combustible-aire considerando las temperaturas del refrigerante y del ambiente. Un sensor de temperatura del refrigerante defectuoso puede dar como resultado una mezcla de combustible-aire más densa, causando dificultades para arrancar en frío. Exactamente igual que cuando un motor con carburador no arranca por estar ‘ahogado’.

Indicador de temperatura errático

El indicador de temperatura del motor en el tablero de tu coche recibe su entrada del sensor de temperatura del refrigerante. Un sensor defectuoso puede hacer que fluctúe erráticamente mientras conduces.

Ralenti Irregular o inestable

Un sensor de STR defectuoso puede hacer que la Unidad de Control del Motor inyecte una cantidad fluctuante de combustible en el motor, ocasionando un ralenti irregular.

Problemas con el ventilador del radiador

La ECU de tu coche puede encender el ventilador del radiador incluso cuando el motor no está suficientemente caliente debido a un mal sensor de refrigerante. Lo contrario de esto también puede suceder, dando como resultado que el motor se caliente más allá de su temperatura de funcionamiento y se dañe.

Problemas con el cambio (coches automáticos)

La Unidad de Control de la Transmisión (TCM) utiliza la lectura del sensor de temperatura del refrigerante para evitar que el coche cambie a sobremarcha mientras el motor está frío. La información incorrecta del sensor puede llevar a problemas de transmisión y reducir el rendimiento del motor.

Ahora, echemos un vistazo a las posibles razones detrás de un sensor de temperatura del refrigerante defectuoso.

Motivos por los que suele fallar un Sensor de Temperatura del Refrigerante

A continuación, hablaremos de las principales causas que hacen fallar al sensor de temperatura del refrigerante:

Cableado o conexiones defectuosas

Las conexiones eléctricas al sensor de temperatura del refrigerante desde la Unidad de Control del Motor (ECU) pueden dañarse físicamente por el contacto con las partes móviles del coche, como el sistema de transmisión. Esto puede hacer que la ECU genere un código de error del sensor de refrigerante.

Corrosión en los Terminales del Sensor

Los terminales del sensor de temperatura del refrigerante pueden corroerse debido a la filtración de agua. Esto hace que el sensor funcione mal y la ECU registre un código de error.

Nivel bajo de refrigerante y aire en el circuito

El nivel insuficiente de refrigerante del motor y las bolsas de aire en el sistema de enfriamiento de tu coche pueden afectar negativamente la lectura tomada por el sensor.

Un nivel bajo de refrigerante también hará que tu coche se sobrecaliente. Esto se traduce en una disminución del rendimiento del motor, lo que hará que se encienda la luz de ‘fallo motor’ del tablero de instrucciones del coche.

¿Cómo diagnosticar un problema del Sensor de Temperatura del Refrigerante?

obd2 smartphone

Un mecánico revisará el nivel de refrigerante de tu coche antes de proceder con una prueba exhaustiva usando un voltímetro. También revisará los códigos de error, si los hay, utilizando una herramienta de escaneo OBD.

Si quieres hacerlo tú mismo, aquí te mostramos los pasos que hay que seguir para hacer esta comprobación de forma correcta. Necesitarás un polímetro para hacerlo:

  1. Conecta el cable positivo del polímetro al terminal de señal del sensor y el negativo a la tierra del chasis.
  2. Arranca el motor en frío y verifica las lecturas. La lectura debería estar entre 3V – 4V, dependiendo de la temperatura del motor.
  3. Deja que el motor se caliente hasta su temperatura de funcionamiento. La lectura de voltaje debe caer (para un sensor NTC) a 1.2V – 0.5V.
  4. Si el polímetro lee 5V, esto implica un circuito abierto. Se deberá verificar:
    • Conexión del terminal de señal
    • Contacto a tierra del sensor
  5. Si lee 0V, esto indica un cortocircuito o falta de alimentación al sensor. Por tranto, habrá que realizar las siguientes comprobaciones:
    • Verificar los cables de conexión desde la ECU al sensor
    • Verificar la alimentación y conexión a tierra de la ECU
  6. Si el voltímetro todavía lee 0V, es posible que sea la ECU la que esté defectuosa.

Si las lecturas del polímetro están fuera del rango prescrito anteriormente para un motor frío y caliente y no hay problemas de conexión, tendrás que reemplazar el sensor por uno nuevo.

¿Cómo reemplazar un Sensor de Temperatura del Refrigerante del Motor?

reemplazar sensor temperatura refrigerante

Una vez encontrado el problema, sigue los siguientes pasos para reemplazar el sensor por una nueva unidad en buen estado:

  1. Deja que el motor se enfríe durante unos 15 minutos para evitar quemaduras.
  2. Localiza el sensor de temperatura del refrigerante en el bloque del motor (debe estar cerca de la carcasa del termostato).
  3. Coloca una bandeja de drenaje debajo del coche. El refrigerante puede filtrarse después de que se retire el sensor.
  4. Desconecta cuidadosamente el conector de cableado del terminal del sensor.
  5. Desatornilla el sensor antiguo.
  6. Atornilla el nuevo sensor en el sentido de las agujas del reloj. Apriétalo usando una llave de torsión en el sentido de las agujas del reloj según las especificaciones del fabricante.
  7. Reconecta el conector al sensor.
  8. Arranca el motor y deja que se caliente.
  9. Comprueba el nuevo sensor monitoreando la temperatura del motor.

Tipos de líquidos de frenos. Guía y clasificación completa

clasificacion liquidos de frenos

El líquido de frenos es indispensable para que puedas detener tu vehículo de manera segura. El líquido de frenos se desplaza por una serie de conductos y mangueras, como un fluido hidráulico confinado bajo presión. Cuando pisamos el pedal del freno, el líquido se mueve y multiplica la fuerza del pedal para cerrar las pinzas (o los tambores) de freno, haciendo así que se detenga el vehículo.

Este fluido es crucial para el buen funcionamiento del sistema de frenos. Existen varios tipos. Usaremos uno u otro en función de las características de nuestro coche o el uso que vayamos a dar. En cualquier caso, para que un líquido esté homologado, debe cumplir los siguientes requisitos:

  • Permanecer fluido a bajas temperaturas. No debe solidificarse cuando descienden las temperaturas.
  • Resistir la ebullición (y evaporación) a altas temperaturas.
  • Operar con otras partes del sistema de frenos y con otros líquidos de frenos.
  • Mitigar la corrosión del sistema de frenos.

¿Cuáles son los Tipos de Líquido de Frenos?

Después de las pruebas, todos los líquidos de frenos se denotan con DOT. Estas siglas responden al organismo que realiza la homologación, que es el Departamento de Transporte de los Estados Unidos. En Europa existe una norma idéntica dentro del estándar ISO. Sin embargo, la mayoría de los productos que vamos a encontrar en el viejo continente van a venir con la especificación DOT.

Existen varios tipos diferentes de líquido de frenos: DOT 3, DOT 4 y DOT 5, así como algunas subcategorías. Normalmente, cuanto más bajo es el número, más bajo es el punto de ebullición.

TipoMaterialColorPunto SecoPunto DegradadoUso
DOT 2Aceite MineralTraslúcido190 ºC140 ºCObsoleto
DOT 3GlicolÁmbar205 ºC140 ºCAutomoción
DOT 4GlicolAmarillo claro (reflejos rojizos)230 ºC155 ºCAutomoción
DOT 5SiliconaPúrpura260 ºC180 ºCMilitar
DOT 5.1GlicolÁmbar / Traslúcido 260 ºC180 ºCAutomoción

Líquido de frenos DOT 2

El líquido de frenos DOT 2, apenas se usa en la industria automotriz. Se produce en base a aceite mineral y tiene puntos de ebullición húmedos y secos notablemente bajos, lo que lo hace bastante inútil. De hecho, su punto de ebullición seco es el punto de ebullición húmedo de los líquidos de frenos DOT 5 y DOT 5.1.

  • Punto de ebullición seco: 190 ºC (374 ºF)
  • Punto de ebullición húmedo o degradado: 140 ºC (284 ºF)

Líquido de frenos DOT 3

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Los líquidos de frenos DOT 3 son a base de glicol y son de color ámbar. Tienen el punto de ebullición seco más bajo, lo que significa que su punto de ebullición cuando son nuevos es bajo. Por otro lado, cuando el líquido se humedece, el punto de ebullición permanece relativamente bajo.

  • Punto de ebullición seco: 205 ºC (401 ºF)
  • Punto de ebullición húmedo o degradado: 140 ºC (284 ºF)

Como el DOT 3 es higroscópico, necesita ser reemplazado cada pocos años para mantener su efectividad.

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Líquido de frenos DOT 4

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Los fabricantes de automóviles europeos utilizan principalmente DOT4 como líquido de frenos.

Los fabricantes de automóviles europeos utilizan principalmente líquido de frenos DOT 4. Aunque también es a base de glicol, tiene un punto de ebullición más alto debido a los aditivos de borato-éster que reducen los ácidos formados por la humedad absorbida.

El DOT 4 suele costar el doble que el DOT 3 debido a los químicos extra. Rinden mejor que los líquidos DOT 3 en su etapa inicial, pero su punto de ebullición termina bajando rápidamente en etapas posteriores.

  • Punto de ebullición seco: alrededor de los 230 ºC (446 ºF).
  • Punto de ebullición húmedo o degradado: 155 ºC (311 ºF)

El uso del aceite DOT 4 está aumentando en los vehículos estándar. Donde más suele verse es en los coches europeos. Viene en algunas clasificaciones diferentes, como DOT 4 de baja viscosidad y DOT 4 de competición, a menudo de color azul en lugar de ámbar.

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¿Puede mezclarse el DOT 3 con el DOT 4?

Si tu coche funciona con DOT 3, puedes mezclarlo o pasar a un líquido DOT 4 sin problemas. No obstante, teniendo en cuenta el precio del producto, lo verdaderamente aconsejable es purgar el sistema por completo y rellenar con el líquido nuevo. En muchos casos, pasar de DOT 3 a DOT 4 tampoco supondrá una ventaja abismal —siempre y cuando se realice un mantenimiento correcto del sistema de frenos—.

Líquido de frenos DOT 5

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El líquido de frenos DOT 5 es a base de silicona, suele tener un distintivo tono púrpura. Su precio es bastante similar al del líquido DOT 4.

Esta especificación tiene un punto de ebullición alto y no absorbe agua como los otros tipos de líquido de frenos. El DOT 5 no funciona bien en algunos sistemas de frenos porque se vuelve espumoso y produce burbujas de aire que provocan una sensación de frenado esponjosa. Además, dado que no absorbe humedad, cualquier líquido que entra en el sistema lo corroe rápidamente y contribuye a congelarlo o hervirlo a temperaturas desfavorables.

  • Punto de ebullición seco: 260 ºC (500 ºF).
  • Punto de ebullición húmedo o degradado: 180 ºC (356 ºF).

Debido a sus diferentes propiedades, el DOT 5 nunca debe mezclarse con otros líquidos de frenos. Está diseñado para vehículos que permanecen almacenados durante largos periodos de tiempo, como los vehículos militares, y puede funcionar de inmediato cuando se necesita.

A pesar de su mayor punto de ebullición y propiedades anticorrosivas, los fabricantes de automóviles evitan el líquido de frenos a base de silicona debido a su bajo contenido de aire y falta de solubilidad en agua.

Líquido de frenos DOT 5.1

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El DOT 5.1 tiene un punto de ebullición similar al de los líquidos de frenos DOT 4 de competición. Está hecho en base de glicol y cuenta con una gama de colores que va desde el ámbar claro hasta el translúcido.

El DOT 5.1 es básicamente un líquido de frenos DOT 4, solo que con una composición química que le permite cumplir con las regulaciones del DOT 5.

  • Punto de ebullición seco: 260 ºC (500 ºF).
  • Punto de ebullición húmedo o degradado: 180 ºC (356 ºF).

¿Puede mezclarse el líquido 5.1 con DOT 3 o DOT 4?

El líquido de frenos DOT 5.1 es muy caro. Puede llegar a valer 10 veces más caro que el DOT 3. Sin embargo, debido a su composición de glicol, sí puede mezclarse con líquidos DOT 3 y DOT 4.

Eso sí, no podremos mezclarlo con DOT 5 debido a los motivos que hemos comentado en su epígrafe correspondiente.

¿Hay algún estándar como el DOT en Europa? – Entendiendo el ISO 4925

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En Europa existe un estándar similar al DOT estadounidense para los líquidos de frenos. Es conocido como el estándar ISO 4925. Este estándar es emitido por la Organización Internacional de Normalización (ISO, por sus siglas en inglés) y tiene varias categorías que corresponden en gran medida a las categorías DOT.

Las clasificaciones del estándar ISO 4925 más utilizadas son las siguientes:

  • Clase 3: tiene un punto de ebullición mínimo de 205 ºC (401 ºF), que corresponde a DOT 3.
  • Clase 4: tiene un punto de ebullición mínimo de 230 ºC (446 ºF), similar a DOT 4.
  • Clase 5.1: tiene un punto de ebullición mínimo de 260 ºC (500 ºF), similar a DOT 5.1.
  • Clase 6: es un estándar de líquido de frenos de bajo punto de ebullición húmedo y es menos común.

Así como el estándar DOT en Estados Unidos, el ISO 4925 define las propiedades físicas y químicas que deben cumplir los líquidos de frenos para garantizar un rendimiento adecuado. Sin embargo, cabe destacar que no existe una correspondencia exacta entre los estándares DOT e ISO, y el cumplimiento de uno no garantiza automáticamente el cumplimiento del otro. Por lo tanto, siempre es recomendable utilizar el líquido de frenos especificado por el fabricante del vehículo.

Líquido de frenos y líquido de embrague: ¿Son lo mismo?

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A menudo, surge una confusión entre el líquido de frenos y el líquido de embrague en los vehículos, ya que ambos forman parte integral de los sistemas hidráulicos. La pregunta clave es: ¿son lo mismo?

La respuesta corta es sí, generalmente son el mismo tipo de líquido: un fluido hidráulico basado en glicol conocido comúnmente como líquido de frenos DOT 3, DOT 4 o DOT 5.1. Ambos sistemas, el de frenos y el de embrague, utilizan este tipo de líquido debido a sus propiedades de alto punto de ebullición y resistencia a la corrosión, características esenciales para garantizar un funcionamiento adecuado bajo condiciones extremas.

En los vehículos con transmisión manual, lo más normal es encontrarnos que el sistema del embrague y del freno es compartido. Son en realidad dos sistemas independientes, pero se rellenan por un solo sitio. Cada sistema usa sus bombas y tienen purgadores independientes, pero, como decimos, el líquido entrará por la misma abertura.

¿Para qué sirve el líquido del embrague?

El líquido de embrague juega un papel vital en la transmisión de la fuerza desde el pedal de embrague hasta la transmisión, permitiendo al conductor cambiar de marcha sin problemas. Al igual que con el sistema de frenos, es fundamental que este líquido funcione adecuadamente bajo altas presiones y temperaturas.

No obstante, conviene analizar si nuestro coche comparte el líquido y si tiene o no un mismo depósito. Puedne darse caso de que ambos sistemas sean independientes y podamos tener problemas si no hacemos el mantenimiento correcto de cada sistema.

Precauciones a la hora de trabajar con el líquido de frenos

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A pesar de todas las bondades que hemos hablado al lo largo del artículo sobre el líquido de frenos, conviene recordar que este fluido es un producto químico bastante peligroso. Por eso, es importante tomar varias precauciones al trabajar con él:

Evita el contacto con la piel y los ojos

El líquido de frenos puede ser irritante para la piel y extremadamente dañino para los ojos. Siempre debes usar guantes de goma resistentes a productos químicos y gafas de seguridad al manipularlo.

Precaución con pinturas, plásticos y metales

Independientemente del tipo de líquido de frenos que utilices, este producto es altamente corrosivo y puede dañar la pintura del automóvil y ciertos tipos de plásticos. También puede acelerar la oxidación de piezas metálicas del motor. De ahí que haya que manipularlo con muchísimo cuidado. Si se derrama, debes limpiarlo inmediatamente con agua y jabón.

Mantener fuera del alcance de niños y mascotas

Si un niño o una mascota derrama sin querer este producto, puede sufrir quemaduras graves o incluso intoxicarse. Ingerirlo también puede tener consecuencias fatales, de ahí que sea muy importante que lo guardes a buen recaudo y bien cerrado.

Cerrar bien el envase

El líquido de frenos es higroscópico, es decir, absorbe agua del aire. Mantén el líquido de frenos en su envase original y ciérralo bien después de cada uso para prevenir la absorción de humedad.

Reciclaje del líquido de frenos

No descartes el líquido de frenos usado en el suelo o en el sistema de alcantarillado. Puede ser muy peligroso y puede destruir cañerías o incluso modificar el pH del suelo.

El líquido de frenos usado o el que ya no vayamos a usar debe ser llevado a un punto limpio. Si no, encuentras uno cerca, puedes introducirlo en una garrafa y acercarte a algún taller mecánico para pedirles el favor de que se lo queden. No deberían ponerte ninguna pega.

Trabajar con líquido de frenos requiere un manejo cuidadoso y una protección adecuada. Siempre sigue las normas de seguridad y consulta las recomendaciones del fabricante del vehículo para el uso y el mantenimiento del líquido de frenos.

Cómo detectar fallos en las bobinas de encendido de un coche

bobina encendido

Una de las claves de llevar un mantenimiento correcto y al día en nuestro vehículo es saber detectar a tiempo cualquier anomalía que se produzca. En el artículo de hoy os vamos a explicar los fallos comunes que pueden surgir en las bobinas de encendido de tu vehículo. De este modo, si en algún momento llegas a notar algún problema, podrás saber que tienes algún problema con este elemento:

Explosiones en el motor y en el escape

Uno de los primeros síntomas de que las bobinas de encendido pueden estar fallando es si detectas explosiones dentro del motor o en el escape. Estas detonaciones suelen percibirse como una fuerte vibración en el motor. Este problema es bastante común cuando una o varias de las bobinas de encendido están desgastadas o no funcionan correctamente.

Las explosiones ocurren porque las bobinas no envían suficiente voltaje a las bujías, lo que conduce a un retardo en la explosión del combustible. Como resultado, queda mucho combustible sin quemar, lo que puede afectar el funcionamiento correcto del motor.

Además de las explosiones y las vibraciones, este fallo suele ir acompañado de un olor fuerte a gasolina y humo negro por el escape, que aparece principalmente cuando se producen las explosiones.

Problemas al arrancar y en marcha

Otra señal que puede indicar un problema con las bobinas de encendido es si sientes que el arranque del coche es débil o si el coche intenta apagarse durante un viaje.

Si detectas estos síntomas, es recomendable comprobar el estado de los filtros de aire y combustible. Estos deben estar limpios y dentro de su periodo de mantenimiento. No obstante, también es posible que el problema se deba a las bujías o a otras partes del sistema eléctrico. Si tras revisar estos elementos el coche sigue fallando, es probable que las bobinas de encendido sean las causantes.

Consumo irregular de combustible

El último síntoma a considerar es un consumo irregular de combustible. Este problema puede surgir cuando una o más bobinas no proporcionan suficiente corriente eléctrica a las bujías. Como resultado, el sistema eléctrico del coche intenta compensar la pérdida de corriente, enviando una señal a los inyectores para introducir más combustible. Esto lleva a un consumo de combustible superior al normal.

Este punto solo deberías tenerlo en cuenta si ya has detectado alguno de los fallos que hemos mencionado anteriormente, pero, igualmente, es interesante que lo sepas para descartar problemas más complejos.

Llegados a este punto, ya sabes las tres principales causas de unas bobinas de encendido que no están haciendo correctamente su trabajo. El mantenimiento aquí será clave para prevenir estos problemas.

Si después de revisar los puntos mencionados tu coche sigue presentando problemas, te aconsejamos que acudas a un profesional. Un mecánico cualificado podrá realizar un diagnóstico más preciso y te ayudará a solucionar el problema de manera eficaz.